Un grupo de científicos del Max Planck Institute of Biochemistry en Martinsried han podido no sólo observar, sino también demostrar, que en los cerebros de los pacientes con este tipo de enfermedades existen unos depósitos de proteínas, también denominadas agregados, que contribuyen a la muerte de la célula nerviosa en función de dónde se encuentren, de manera que si estos depósitos se localizan en el núcleo de la célula, esta apenas se verá afectada, mientras que si se localizan en zonas del citoplasma, estas proteínas actuarían bloqueando el transporte de ARN y proteínas desde y hacia el núcleo, provocando a largo plazo la muerte de la célula afectada y el avance de la enfermedad.
Los agregados de proteínas están asociados a muchas enfermedades neurodegenerativas, entre las que se incluyen algunas tan conocidas como el Alzheimer, el Parkinson y la enfermedad de Huntington.
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Uno de los científicos al cargo de dicha investigación, Mark Hipp, considera los resultados de este estudio como un gran paso adelante para todos los investigadores y en especial, para los médicos, ya que solamente si se consigue entender cómo dañan estas proteínas a las células será posible que se desarrollen contramedidas en un futuro que puedan evitar o curar este tipo de enfermedades.
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