viernes, 29 de abril de 2016

Qué son las ondas gravitacionales

Javier Robledano

Desde que Albert Einstein formulara su teoría de la Relatividad General, hace ya unos cien años, sabemos que el espacio-tiempo y la materia están profundamente entrelazados: la presencia de materia curva el espacio-tiempo y, a su vez, la curvatura del espacio-tiempo determina el movimiento de los cuerpos.

Todos estamos familiarizados con las ondas que se producen en la superficie de un lago o un estanque cuando dejamos caer una piedra. De manera similar, cualquier objeto dotado de masa que se mueve de manera acelerada es capaz de perturbar el espacio-tiempo produciendo ondas gravitacionales. Sin embargo, la interacción gravitatoria es tan débil que sólo podemos detectar las ondas gravitacionales producidas por fenómenos astrofísicos muy violentos, como por ejemplo la explosión de una supernova, la fusión de dos estrellas de neutrones o la colisión de dos agujeros negros.

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miércoles, 27 de abril de 2016

Un modelo matemático para comprender cómo se orienta la mariposa monarca

Javier Robledano

Todos los años, al acabar el otoño, las mariposas monarca recorren más de 3000 kilómetros en un viaje que les lleva desde Canadá hasta México, en donde pasan el invierno. En primavera, realizan el viaje de vuelta a Canadá. Es la migración más larga entre los insectos.

Desde hace tiempo se sabe que estas mariposas son capaces de utilizar la luz solar y la posición del Sol para orientarse durante el viaje, aunque no estaba claro cómo su cerebro lograba procesar la información necesaria. Ahora, un equipo estadounidense liderado por la Universidad de Washington ha creado un modelo matemático que permite entender cómo funciona la brújula solar de las mariposas monarca.

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miércoles, 13 de abril de 2016

Las supernovas más cercanas

Javier Robledano

Hace un millón y medio de años, una estrella mucho mayor que nuestro Sol estalló produciendo una supernova tan cerca del Sistema Solar que parte del material expulsado en la explosión llegó hasta nuestro planeta y se depositó en su superficie. ¿Cómo hemos legado a saber esto? La respuesta está en el hierro-60.

En las profundidades del océano Pacífico se ha detectado hierro-60, un isótopo radiactivo que no se produce de forma natural en la Tierra. Su presencia en nuestro planeta sólo puede explicarse admitiendo que ha llegado del espacio procedente de los estallidos de una serie de supernovas tan cercanas a la Tierra que pudieron llegar a ser visibles incuso de día con un brillo similar al de la Luna.

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Es muy posible que estos estallidos de supernovas tan cercanos al Sistema solar hicieran que la Tierra experimentara un mayor bombardeo de rayos cósmicos, sin embargo la radiación no fue tan intensa como para causar un daño biológico directo o desencadenar extinciones en masa.

martes, 5 de abril de 2016

El primer púlsar de neutrones en Andrómeda

Miriam Pousa

Las estrellas de neutrones son los objetos más densos que conocemos de nuestro universo, tanto que solo unas cuantas propiedades cuánticas evitan que se conviertan en agujeros negros.. Pero, ¿cómo se forman estas curiosas estrellas que atraen tanto la atención de los amantes de la astrofísica?

Cuando una estrella llega al final de su vida, puede optar por varios caminos, dependiendo de su naturaleza. Por ejemplo, nuestro Sol expulsará el gas de su superficie al espacio y acabará convirtiéndose en una enana blanca. Pero nuestro Sol no es una estrella supermasiva. Las estrellas supermasivas nos ofrecen un gran espectáculo con su final, una supernova. Pero ahí no se acaba todo.. 

Cuando una estrella muy masiva agota su combustible nuclear, su núcleo puede volverse inestable. La gravedad de tanta masa atrae con fuerza a todos los átomos, que no son más que una sopa de partículas muy caliente ('muy muy muy caliente'). Así, el núcleo se vuelve cada vez más y más denso, hasta tal punto que los electrones y los protones se "funden" en neutrones. En realidad, la gravedad podría seguir actuando hasta el infinito, dado que como ya no hay combustible que produzca fusión, no hay ninguna ninguna fuerza que la contrarreste. Sin embargo la presión de degeneración, que es una presión que se debe a la naturaleza cuántica de las partículas, permite que se forme la densísima estrella de neutrones sin que termine de colapsar sobre si misma.

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Increíble, ¿verdad? Pero estos objetos pueden ser todavía más peculiares. Estas estrellas pueden girar sobre sí mismas, hasta varios cientos de veces por segundo (un punto de su superficie puede moverse a una velocidad de 700.000 km/s. Una estrella que se colapsa debe conservar su momento angular (el momento angular es una magnitud física que se calcula conociendo la masa, el ''tamaño'', y la velocidad de rotación de un cuerpo), por ello, si la masa se mantiene constante y el tamaño disminuye, la velocidad debe aumentar como compensación. Cuando esto sucede, hablamos de un púlsar, ya que la estrella emitirá rayos de alta energía (señales pulsantes), los cuales nos llegan de manera intermitente (como un faro). Estos ''chorros'' de radiación son emitidos desde los polos magnéticos de la estrella, como si fueran cañones de radiación electromagnética muy intensa y muy dirigida. Por ello, los púlsares son objetos muy muy brillantes en el espacio, pero para poder observarlos desde la Tierra la estrella debe estar orientada de manera adecuada.

Conocemos ya muchas estrellas de neutrones y púlsares en el espacio, siendo el más famoso el púlsar de la Nebulosa del Cangrejo, en la constelación de Tauro, con una frecuencia de 30 giros por segundo.

Pero nuestra querida Andrómeda no se quiere quedar atrás en esta historia, y nos trae una estrella de neutrones bastante peculiar... 

sábado, 2 de abril de 2016

Formación de planetas alrededor de una estrella joven

Samuel Méndiz

El observatorio astronómico ALMA ha obtenido esta imagen de la estrella TW Hydrae, situada a 175 años luz de nosotros, rodeada por un disco protoplanetario de polvo y gas en el que se pueden apreciar unas brechas que indican las regiones del disco en las que se pueden estar formando planetas que orbitarán alrededor de la estrella a distancias similares a las de la Tierra, Urano o Plutón respecto a nuestro Sol.

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Esta es la imagen más detallada de un disco protoplanetario obtenida por ALMA hasta el momento.