martes, 5 de abril de 2016

El primer púlsar de neutrones en Andrómeda

Miriam Pousa

Las estrellas de neutrones son los objetos más densos que conocemos de nuestro universo, tanto que solo unas cuantas propiedades cuánticas evitan que se conviertan en agujeros negros.. Pero, ¿cómo se forman estas curiosas estrellas que atraen tanto la atención de los amantes de la astrofísica?

Cuando una estrella llega al final de su vida, puede optar por varios caminos, dependiendo de su naturaleza. Por ejemplo, nuestro Sol expulsará el gas de su superficie al espacio y acabará convirtiéndose en una enana blanca. Pero nuestro Sol no es una estrella supermasiva. Las estrellas supermasivas nos ofrecen un gran espectáculo con su final, una supernova. Pero ahí no se acaba todo.. 

Cuando una estrella muy masiva agota su combustible nuclear, su núcleo puede volverse inestable. La gravedad de tanta masa atrae con fuerza a todos los átomos, que no son más que una sopa de partículas muy caliente ('muy muy muy caliente'). Así, el núcleo se vuelve cada vez más y más denso, hasta tal punto que los electrones y los protones se "funden" en neutrones. En realidad, la gravedad podría seguir actuando hasta el infinito, dado que como ya no hay combustible que produzca fusión, no hay ninguna ninguna fuerza que la contrarreste. Sin embargo la presión de degeneración, que es una presión que se debe a la naturaleza cuántica de las partículas, permite que se forme la densísima estrella de neutrones sin que termine de colapsar sobre si misma.

(Click en la imagen para más información)

Increíble, ¿verdad? Pero estos objetos pueden ser todavía más peculiares. Estas estrellas pueden girar sobre sí mismas, hasta varios cientos de veces por segundo (un punto de su superficie puede moverse a una velocidad de 700.000 km/s. Una estrella que se colapsa debe conservar su momento angular (el momento angular es una magnitud física que se calcula conociendo la masa, el ''tamaño'', y la velocidad de rotación de un cuerpo), por ello, si la masa se mantiene constante y el tamaño disminuye, la velocidad debe aumentar como compensación. Cuando esto sucede, hablamos de un púlsar, ya que la estrella emitirá rayos de alta energía (señales pulsantes), los cuales nos llegan de manera intermitente (como un faro). Estos ''chorros'' de radiación son emitidos desde los polos magnéticos de la estrella, como si fueran cañones de radiación electromagnética muy intensa y muy dirigida. Por ello, los púlsares son objetos muy muy brillantes en el espacio, pero para poder observarlos desde la Tierra la estrella debe estar orientada de manera adecuada.

Conocemos ya muchas estrellas de neutrones y púlsares en el espacio, siendo el más famoso el púlsar de la Nebulosa del Cangrejo, en la constelación de Tauro, con una frecuencia de 30 giros por segundo.

Pero nuestra querida Andrómeda no se quiere quedar atrás en esta historia, y nos trae una estrella de neutrones bastante peculiar... 

1 comentario:

  1. Me parece que lo explicas genial. Es un fenómeno maravilloso del Cosmos. Os dejo unos vídeos muy didácticos por si os interesa: https://gabrielrosselloblog.wordpress.com/2017/03/14/que-es-una-estrella-de-neutrones/

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